Petróleos Mexicanos (Pemex) enfrenta una de las crisis más profundas de su historia, con una deuda que asciende a 99,400 millones de dólares y más de 19,000 millones de dólares pendientes con sus proveedores. Esta situación crítica compromete gravemente la operatividad de una empresa que alguna vez fue el pilar del desarrollo energético de México. Sin embargo, el reciente nombramiento de Víctor Rodríguez Padilla como director general ha generado expectativas sobre una posible recuperación en este sector estratégico.
La principal tarea de Rodríguez Padilla será sanear las finanzas de Pemex, erradicar la corrupción y rescatar a la empresa. El desafío es monumental, ya que para lograrlo será necesario investigar a figuras clave dentro de la administración anterior. Entre ellos se encuentran Leda Coral Castro, titular de la Coordinación de Desarrollo y Relación con Proveedores y Contratistas; Javier Núñez López, exsubdirector de Abastecimiento; y Saúl Morales Alvarado, exgerente de Alianzas, Abastecimiento Estratégico y Estándares Técnicos. Todos ellos han sido denunciados ante la Fiscalía General de la República (FGR) por su presunta participación en actos que agravaron la crisis financiera de Pemex.
Estos funcionarios forman parte del "legado" de Octavio Romero Oropeza, exdirector general, y estuvieron bajo la influencia de Manuel Herrería Alamina, exsubdirector Corporativo de Administración, quien, junto con Gerardo Uriel Tufiño Sandoval, Mireya González y Ricardo Ortiz Alatriste de Pemex International (PMI), habría implementado un esquema ilegal que bloqueaba las compras de calidad en el extranjero. Este sistema provocó la caída en la calidad del crudo mexicano, lo que incrementó los costos de refinamiento. Herrería Alamina limitó las compras de calidad, impidiendo que los directores de áreas clave accedieran a mejores proveedores.
Coral Castro, una de las colaboradoras más cercanas a Herrería, ha sido denunciada por su papel en la implementación de un “esquema centralizado” de compras. Durante su gestión, Pemex firmó contratos con proveedores locales de dudosa reputación, presuntamente a cambio de comisiones ilegales. Este tipo de prácticas, sumadas a la crisis financiera, han afectado gravemente la operatividad y reputación de la petrolera.
Ante este escenario, Rodríguez Padilla tiene la oportunidad de liderar una transformación histórica en Pemex. Se espera que inicie auditorías exhaustivas para investigar las operaciones realizadas durante la administración de Octavio Romero y los funcionarios cercanos a Herrería Alamina. El nombramiento de Rodríguez Padilla podría marcar un punto de inflexión, gracias a su experiencia y su enfoque en la transparencia, la rendición de cuentas y la reestructuración financiera. Si tiene éxito, Pemex podría volver a ser el pilar energético que México necesita para su desarrollo.
Fuente: Excelsior