Donald Trump tomará posesión como el 47º presidente de Estados Unidos el próximo 20 de enero, a las 12:00 p.m. El republicano regresa al cargo cuatro años después de su derrota, un hecho que solo se había repetido en la historia de Estados Unidos una vez antes. Con una campaña centrada en la xenofobia, Trump ha aprovechado el descontento generalizado por el aumento de los precios y la inmigración irregular, un fenómeno que ha marcado su segundo ascenso al poder. A pesar de los escándalos y las numerosas demandas judiciales, Trump se convierte en el primer presidente electo que enfrenta una condena penal, lo que podría tener implicaciones en su futuro judicial. Este nuevo triunfo del político populista y carismático marca el inicio de una etapa incierta para Estados Unidos y el mundo.
Trump ganó de forma contundente en el Colegio Electoral, y aunque aún no se ha completado el escrutinio del voto popular, lidera con una ventaja considerable. Con victorias en estados clave como Carolina del Norte, Georgia, Pensilvania, Wisconsin y Míchigan, Trump superó el umbral de los 270 votos electorales necesarios para asegurar su triunfo, con la posibilidad de que su cuenta aumente aún más. Este resultado representa un revés histórico para el Partido Demócrata, que además perdió el control del Senado. La presión interna dentro del partido, especialmente tras el desacierto de Joe Biden en un debate con Trump, llevó al presidente saliente a renunciar a la reelección, cediendo la candidatura a la vicepresidenta Kamala Harris.
A pesar de su nombramiento como candidata, Harris no logró captar el apoyo esperado, y la victoria de Trump ha reavivado el debate sobre la capacidad de Estados Unidos para elegir a una mujer, especialmente una de ascendencia india y afroamericana, para la presidencia.
Trump, quien nunca ha reconocido su derrota en 2020, ha sobrevivido a dos procesos de impeachment, múltiples acusaciones penales, e incluso intentos de asesinato. Ahora, a los 78 años, se convertirá en el presidente más longevo en asumir el cargo. Su victoria ha sido facilitada por el creciente malestar por la inflación y el aumento del coste de la vida, que ha golpeado principalmente a las clases más bajas. La campaña de Trump ha sabido canalizar esa frustración, ganándose el apoyo de trabajadores blancos no universitarios y también de una parte significativa del electorado latino, a pesar de su retórica xenófoba.
Trump regresa a la Casa Blanca con promesas de fuertes recortes fiscales, aranceles a las importaciones, y una deportación masiva de inmigrantes irregulares. Su reelección podría suponer una amenaza para la democracia estadounidense, dado su historial autoritario y su retórica contra sus oponentes políticos, a quienes ha calificado de “enemigos internos”.
Una de las promesas más controvertidas de Trump es la de indultar a aquellos involucrados en el asalto al Capitolio, así como destituir a aquellos fiscales que lo han perseguido en sus casos judiciales. Esto incluiría al fiscal Jack Smith, quien lidera varios de los casos federales en su contra. En cuanto al proceso de Georgia por el intento de fraude electoral en 2020, se espera que se archive bajo su presidencia.
La victoria de Trump trae consigo una nueva visión aislacionista en política exterior, con su lema “Estados Unidos primero” a la cabeza. En este sentido, ha prometido imponer aranceles elevados a los productos extranjeros, lo que podría desencadenar una guerra comercial, especialmente con China, para quien ha prometido un arancel general del 60%. La posibilidad de que retire el apoyo a Ucrania también ha generado preocupación, dado su acercamiento con líderes autoritarios como Vladímir Putin y Kim Jong-un.
Además, Trump ha dejado claro que su política de Medio Oriente favorece a Israel, particularmente al primer ministro Benjamin Netanyahu, quien ya le ha expresado su felicitación. También se prevé un distanciamiento de la lucha global contra el cambio climático, además de poner en peligro la financiación de organismos internacionales y la ayuda exterior.
El regreso de Trump traerá consigo una nueva agenda económica, que incluye recortes fiscales agresivos para las rentas más altas y la reversión de ciertos avances fiscales de la administración Biden. Entre sus promesas destacan los recortes de impuestos a las grandes corporaciones y beneficios fiscales para los trabajadores en sectores como la hostelería y la restauración. En cuanto a la inmigración, Trump ha reiterado su intención de endurecer la frontera, acusando a los inmigrantes irregulares de ser responsables de muchos de los problemas sociales y económicos del país.
El regreso de Trump al poder pone en duda el futuro de la democracia estadounidense, con un control consolidado del Partido Republicano sobre el Senado, la Cámara de Representantes y la Corte Suprema, lo que podría facilitar la implementación de su agenda política. Sin embargo, el traspaso de poder promete ser tenso, especialmente debido a la enemistad entre Trump y el presidente saliente Biden, lo que podría generar más incertidumbre en el proceso de transición.
Trump no solo ha ganado las elecciones; ha vuelto a hacer historia, convirtiéndose en el único presidente en la historia de Estados Unidos en asumir el cargo por segunda vez tras haberlo perdido previamente. Con este nuevo mandato, se abre un capítulo lleno de desafíos tanto para Estados Unidos como para el mundo.